martes, 30 de noviembre de 2010

¿Para qué enseñamos?

Decía yo hace algún tiempo que esto de la Evaluación y sus sinsabores era algo que, siempre a mi juicio, a lo que no se le miraba de frente, algo que como siempre queda o quedaba para finales de trimestre, de curso, de etapa...se convertía en múltiples ocasiones, más en una "suma de" que en un "¿que se ha conseguido?".

De forma perversa preguntaba a "la red" sobre varias cuestiones que, sobre la Evaluación, entonces se me hacían difíciles y hoy siguen estando encima de la mesa. Lourdes Domenech señalaba que "evaluar saca lo peor de nosotros" y abogaba por la coevaluación. Yolanda hablaba mucho sobre Motivación y Esfuerzo y esperaba más respuestas de otros comentaristas. Juan Carlos decía que Calificamos, sumando demasiadas veces solo notas de pruebas y que hemos aprendido poco, nosotros, los profesores. Pedro, apostaba por las Competencias y señalaba la necesidad de trabajar en grupos y cambiar nuestros esquemas. Jaume ponía algo de carne en el asador y decía que los docentes ya no somos lo que fuimos y deberíamos ser tutores o guías del aprendizaje. Don Juan, mi querido Juan Martín, hablaba de ensayos y errores como forma de aprendizaje. Mi estimado Felipe, tiró de manual y se preguntaba ¿Para qué enseñamos?, ¿cuál es el objetivo último de nuestro trabajo?. Mabel, ponía el acento en la llamada de atención que nos hacen los niños diciendo que no se enteran...

No dejo de sorprenderme por la cantidad de buenas ideas que uno lee o escucha cada día. Pero, que poco hacen cambiar las cosas esa ideas.  Y abro de nuevo esta entrada a comentarios de todos. Me gustaría que se contestase a Felipe, a ese "¿Para qué enseñamos?", os animo. Mientras llegan respuestas dejo la mía.

Enseño, lo que puedo, para que mis alumnos/as tengan inquietud, curiosidad y ganas de hacerse preguntas. Para hacerlos más críticos con su entorno, con lo cotidiano, con lo que cada día oyen o ven. Enseño para crecer yo, viendo como ellos crecen. Enseño para que las oportunidades se repartan de forma más equitativa entre todos esos adolescentes llenos de dudas. Enseño por que creo que conocer más y aprender más hace más feliz a las personas. Solo por eso.

¿Para qué enseñas tú?

domingo, 20 de junio de 2010

Cerrando círculos

Hace tiempo que leo a Saramago, a Don José. Sus libros, algunos con tapas ya raídas, vuelven  incansablemente a mis manos, y a veces, de forma casi inconsciente se quedan en mi mesilla para, de nuevo, ser leídos.

No es uno muy de idealizar, ni de mitificar personas o cosas. Pero si que es cierto que hay ciertas cuestiones con las que uno empatiza más o menos. Mi "gusto" por Portugal ya lo he referido alguna vez en estas ensoñaciones, y tal vez, parte de esa "pasión" sea responsabilidad de Don José.

Hoy, ya ayer, se cerró un círculo. Siempre me hubiese gustado charlar con este hombre y alguna vez de la mano de Ángel Campos, pudo haber ocurrido. Aquella vez no pudo ser. Hoy, en Lisboa,  esta vez junto a un buen amigo Juan Carlos Doncel, al menos le pude decir "Buen viaje".

sábado, 19 de junio de 2010

El viajero vuelve al camino

¿Se acabó el viaje Don José?
No es verdad. El viaje no acaba nunca. Sólo los viajeros acaban. E incluso estos pueden prolongarse en memoria, en recuerdo, en relatos. Cuando el viajero se sentó en la arena de la playa y dijo: "no hay nada más que ver", sabía que no era así. El fin de un viaje es sólo el inicio de otro. Hay que ver lo que no se ha visto, ver otra vez lo que ya se vio, ver en primavera lo que se había visto en verano, ver de día lo que se vio de noche, con el sol lo que antes se vio bajo la lluvia, ver la siembra verdeante, el fruto maduro, la piedra que ha cambiado de lugar, la sombra que aquí no estaba. Hay que volver a los pasos ya dados, para repetirlos y para trazar caminos nuevos a su lado. Hay que comenzar de nuevo el viaje. Siempre. El viajero vuelve al camino. (Viaje a Portugal, José Saramago)
Pues buen viaje, maestro.

martes, 15 de junio de 2010

Se marchan...

Se marchan. Pocos vuelven la vista atrás. Les espera un verano de calor, como es costumbre por estas zonas. Tiempos atrás había exámenes en septiembre (en alguna comunidad aun perviven), aquí son ahora, antes del estío. Poco se puede hacer en tan poco tiempo, pero, para gustos, colores.

Se marchan. Algunos aprendieron mucho. Otros, cansados, derrotados o rendidos, ya nunca volverán. Muchos se subieron al tren, a pocos, a muy pocos, los atropelló. Me da un poco de pena de los que lo vieron pasar, se les ofreció asiento y decidieron no subirse. La próxima vez habrá que animarles más o señalarles más el camino.

Se marchan. El silencio se apodera de los patios. En las aulas no quedó más que algún recuerdo de última hora, alguna marca en las mesas, algún corazón en la pizarra con el nombre de dos amantes, con tiza, poco duradero, como aquellos amores de verano. En los pasillos sombra y recuerdos quedan.

Se marchan. Volverán en septiembre, con el otoño, con las hojas amarillas.

sábado, 29 de mayo de 2010

Rocinante y el 5%

Coincidirán los que esto leen con el que esto escribe, que éste, el país del la piel de toro, es un país de Quijotes. O al menos eso parece cuando uno lee la prensa, ve la TV o se pierde entre las editoriales de los periódicos (por supuesto digitales).

Pues, si así es, Don Quijote anda con la lanza un poco (a ver que adjetivo usar para no dañar tan ilustre figura de nuestra cultura) "desafilada" o roma, diría algún insigne académico con aires también quijotescos. Zapatero o Rajoy, o cualquiera de nuestros benefactores políticos no dan "pie con bolo", sus lanzas no "pinchan". Y además, mucho me temo, se parecen, cada vez más, a nuestro Sancho en busca de su "ínsula" repleta de riquezas como lugar donde dormitar en sus últimos días.

Algún funcionario lector podría decir que a él si que le han "pinchado", y que hará revoluciones en busca de ese 5% perdido. Otros, reirán de ese descuento salarial y acusarán de insolidarios a los que puesto fijo tienen. Para todo habrá.

Pues yo, que me gusta más la paralela que la tangente, me preocupo por Rocinante, que nadie se acuerda de él.

sábado, 27 de marzo de 2010

Evaluar y ser evaluado

Llevo unos días intentando escribir algo de las Evaluaciones, o de las Sesiones de Evaluación, o de la forma en que se enfoca este tema con el paso del tiempo. Es difícil entrar directamente al meollo de la cuestión y no herir sensibilidades, o pecar de Demagogia. Se me hace complicado mantener cierta objetividad a la hora de pronunciarme sobre lo importante que este tema es y lo poco que se revisa en nuestra experiencia diaria.

Es por todo lo anterior, por lo cual solo me atreveré a lanzar al viento, o al "mundo matrix de los bites" unas cuantas de cuestiones en voz alta:
  • ¿Evaluamos o Calificamos?.
  • ¿Miramos a nuestras programaciones a la hora de evaluar o sólo sumamos notas de exámenes?.
  • ¿Evaluamos en Competencias?.
  • ¿Aprobamos más, para tener menos problemas y menos burocracia a posteriori?
  • ¿Aprobamos menos, para mantener esa cuerda tensa, pese a que si se rompe siempre lo hace por el lugar más débil?.
  • ¿Evaluamos las TIC?.
  • ¿Nos hemos olvidado ya de los conceptos y solo nos dedicamos a los procedimientos y actitudes, vestidos ahora en forma de Competencias?
Difícil e importante tarea la de Evaluar, y cómo no, la de ser al mismo tiempo, Evaluado.

miércoles, 13 de enero de 2010

Refranes, deseos y educación

Comienza el 2010. Sí, ya lo sé, lo hizo hace unos días. Retomamos el curso después de esas merecidas vacaciones (muchos pensarán que tenemos demasiadas, lo dejo para algún comentarista curioso o atrevido), y la sorprendente nieve en estas latitudes y la gran cantidad de agua llovida nos hace pensar en aquello de "Año de nieves, año de bienes".

Ojalá así sea. Y como hoy estoy un poco guasón, me permito pedir esos bienes para alumnos, profesores, padres y administraciones educativas, que en mi trabajo tienen mucho que ver. Así, solicito a dioses, destinos, magos o cualquier poderoso hacedor de futuros:
  • Pido para alumnos y alumnas dosis doble o triple de esfuerzo, ese que a los padres de hoy les es tan difícil enseñar. Añado a este pedido una pequeña porción de aquello de "educación" en la línea de no tener que repetir tan a menudo el "siéntate bien" o "no me enseñes el chicle para hablar".
  • Para profesores/as pido un paquete repleto de toma de conciencia de la situación actual y de "a estos alumnos no los podemos enseñar como nos enseñaron a nosotros", esto último en formato elixir, por su mejor ingestión.
  • Para las familias solicito algo más de "es más importante la educación de mis hijos que las vacaciones veraniegas que cada vez son más caras y me obligan a trabajar más y no tener demasiado tiempo para mis hijos. Sin olvidar un agradecimiento especial para las "plaiesteison" y los abuelos".
  • Para la administración, algo sencillo, mas dinero para la educación y menos para los que se llevan impunemente.
Pues nada, aquí queda mi petición, con esperanza de que la nieve y sus bondades refraneras me concedan estas rogativas.  Si no son concedidas, dejaré de creer en los refranes, que conste.