miércoles, 13 de enero de 2010

Refranes, deseos y educación

Comienza el 2010. Sí, ya lo sé, lo hizo hace unos días. Retomamos el curso después de esas merecidas vacaciones (muchos pensarán que tenemos demasiadas, lo dejo para algún comentarista curioso o atrevido), y la sorprendente nieve en estas latitudes y la gran cantidad de agua llovida nos hace pensar en aquello de "Año de nieves, año de bienes".

Ojalá así sea. Y como hoy estoy un poco guasón, me permito pedir esos bienes para alumnos, profesores, padres y administraciones educativas, que en mi trabajo tienen mucho que ver. Así, solicito a dioses, destinos, magos o cualquier poderoso hacedor de futuros:
  • Pido para alumnos y alumnas dosis doble o triple de esfuerzo, ese que a los padres de hoy les es tan difícil enseñar. Añado a este pedido una pequeña porción de aquello de "educación" en la línea de no tener que repetir tan a menudo el "siéntate bien" o "no me enseñes el chicle para hablar".
  • Para profesores/as pido un paquete repleto de toma de conciencia de la situación actual y de "a estos alumnos no los podemos enseñar como nos enseñaron a nosotros", esto último en formato elixir, por su mejor ingestión.
  • Para las familias solicito algo más de "es más importante la educación de mis hijos que las vacaciones veraniegas que cada vez son más caras y me obligan a trabajar más y no tener demasiado tiempo para mis hijos. Sin olvidar un agradecimiento especial para las "plaiesteison" y los abuelos".
  • Para la administración, algo sencillo, mas dinero para la educación y menos para los que se llevan impunemente.
Pues nada, aquí queda mi petición, con esperanza de que la nieve y sus bondades refraneras me concedan estas rogativas.  Si no son concedidas, dejaré de creer en los refranes, que conste.