martes, 22 de mayo de 2012

Enseñando con el ejemplo

Hoy es 22 de mayo de 2012. Primavera.

Muchos alumnos y alumnas están aprendiendo hoy una lección importante. Algunos de sus profesores y maestros también. Sus padres, espero, sabrán sacar las conclusiones oportunas de lo que está pasando hoy en las aulas de sus hijos.

Las aulas están VACÍAS, no hay verbos, ni sumas, ni ecuaciones de segundo grado. No hay mapas conceptuales, ni gráficos. Hoy nadie le dirá a sus alumnos que se sienten correctamente, que no coman chicle mientras hablan. Y probablemente pocos reciban hoy la clase esa que les motive para ser médicos, abogados, ingenieros, o cualquier otra profesión.

La clase de hoy está afuera, a modo de ACTIVIDAD EXTRAESCOLAR. Deben tomar nota, ser escrupulosos y críticos y sacar conclusiones sobre las circunstancias que hoy han hecho que muchos de sus docentes se hayan enfundado una camiseta verde, una bandera o lo que ellos estimen apropiado para defender algo que está en la MESA DE LAS APUESTAS, y que los grandes números y los insaciables mercados intentan poner en en entredicho. La Educación.

No quiero ni ponerle adjetivos, pese a ser un pleno defensor de la Enseñanza Pública, no es ese mi deseo ahora, el de adjetivar algo tan importante para esta sociedad. El daño que se le hace a la EDUCACIÓN,  es global. Algunos, tal vez en primera instancia salgan beneficiados y pesquen en río revuelto, pero, a la larga, TODOS SALDREMOS PERJUDICADOS, si no somos capaces de darle el justo valor a la cuestión que hoy nuestros alumnos y alumnas están aprendiendo.

sábado, 12 de mayo de 2012

Tenemos un dilema los docentes

Un tranvía corre fuera de control por una vía. En su camino se hallan cinco personas atadas a la vía por un filósofo malvado. Afortunadamente, es posible accionar un botón que encaminará al tranvía por una vía diferente, por desgracia, hay otra persona atada a ésta. ¿Debería pulsarse el botón?
Tenemos un dilema. Los docentes nos encontramos con un problema que puede resolverse mediante dos soluciones, ninguna de las cuales es completamente aceptable.

Me viene a la cabeza la cuestión del tranvía, y su famoso dilema, con estos días tan turbulentos que tenemos donde los recortes, las reformas laborales, la ratio, las vacaciones del profesorado, y sobre todo la importancia de la educación, se entremezcla con acciones, primas de riesgo,  crecimiento o austeridad, mala gestión o mala herencia...pero, no me me iré por las ramas, y volveré al asunto de nuestro dilema.

Todo apunta que el curso próximo habrá menos docentes y más niños por aula, agravada esta cuestión por una "tardía" incorporación de "sustitutos" si el profesor titular se pone enfermo y el medico (del cual nadie duda de su profesionalidad) le da la baja laboral. Este sería el tranvía que viene por la vía, con esta carga.

Tenemos una vía llena de niños, no todos excelentes, muchos con problemas de aprendizaje que necesitan atención individualizada. Tenemos clases que van a ser más difíciles de "gestionar" por su mayor número de alumnos de estos días que no tiene que ver con los de años anteriores. Tenemos menos recursos humanos y materiales.  También, en esa vía,  hay docentes que están hartos de, por ser funcionarios, ver como les "recortan"  sueldos y aumentan horas. Docentes que trabajan en sus casas corrigiendo tareas, elaborando materiales, rehaciendo cada día su "librillo" pues su materia prima de trabajo cambia muy rápido. Docentes que asumen Actividades Extraescolares con alumnos con gran responsabilidad y tesón. Docentes que para algunos sectores de la sociedad deberían trabajar más pues tienen demasiadas vacaciones. Docentes que se forman para que sus alumnos sean mejores y para así ellos ser mejores docentes. Profesores y Maestros que en demasiadas ocasiones se convierten en la principal referencia educativa de muchos niños y niñas pues sus familias están un "pelín" desestructuradas. Docentes que enseñan a sentarse bien, a no gritar, a respetar a compañeros y a crecer en libertad y respeto. Por esa vía va el tranvía a toda velocidad dispuesto a arrollar todo.

Existe un botón para presionar y cambiar de vía.

En la otra vía hay conformismo, hay un "ande yo caliente y ríase la gente", una preocupación por lo de cada uno, un mirar solamente a dos palmos de nuestras narices, un mirar atrás y echar culpas o un mirar adelante y hacer lo mismo, un circulo vicioso que solo genera más y más conformismo.

Un dilema, si señor, tenemos un dilema.